Los últimos cuatro años habían sido muy difíciles para el lácteo de ovino. Los bajos precios de venta del producto se unían al aumento de los costes de producción, lo que ponía en claro riesgo la viabilidad de la industria. En un ámbito en el que el relevo generacional es un problema de difícil solución, el peligro de que todo un sector echase la persiana era real. Y esa amenaza sigue presente, aunque la rentabilidad se ha recuperado.
Según datos de Cogala, la sociedad cooperativa de la Comarca De Toro, el precio del litro de leche de oveja se ha situado en 1,84 euros de media en el último trimestre del año. Una cifra que 15 céntimos más elevada que la que había en las mismas fechas de 2022.
Estos datos son valorados con satisfacción por los profesionales, que esperan que se mantengan en los próximos años para terminar de consolidar la renovada salud del sector. “Todavía no se han compensado los cuatro años anteriores, pero el mercado se ha abierto, ya se puede ir trabajando y si seguimos así comenzar a pensar en ganar algo del dinero que habíamos perdido”, comenta Marceliano Navarro, presidente de Cogala.
Futuro complicado
A pesar de esta visión positiva en lo económico, Navarro no es nada optimista respecto al futuro del lácteo de oveja por culpa de la falta de profesionales y de savia nueva en el oficio.
Un informe del Ministerio asegura que en octubre había 2.459 productores de ovino de leche en ejercicio, una cifra 5,3% menor que en el mismo mes del pasado año, y el número más bajo desde que se tienen registros.
“En mi opinión, no hay solución. Las únicas incorporaciones que vemos son las de gente de casa que continúan con la tradición familiar, y con los problemas de precios de los últimos años muchos de ellos han mandado sus ovejas al matadero y ya está”, indica Marceliano Navarro.
La falta de personal no solo influye en el mantenimiento actual de la industria, sino también en sus posibilidades a corto plazo de modernización e innovación. “Como falta personal para crecer, nadie se anima a invertir, y cae la producción”, explica el presidente de Cogala.
Marceliano Navarro también apunta a la excesiva burocracia en los trámites como un factor que desincentiva dar el paso a quienes pudiesen tener interés en montar una explotación de lácteo de ovino: “Hay ayudas que ofrecen hasta el 30%, pero luego puedes tardar incluso 2 años hasta que pones en marcha todo. Es mucho tiempo”.
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