El incremento de lo que percibe el productor no compensa la subida de costes. Las empresas de alimentación se resisten a subir el precio de venta al público, según la organización de productores Opecyl.
Las cuatro organizaciones de productores (OP) de leche de oveja de Castilla y León se han reunido esta semana y han decidido no firmar contratos con la industria “porque con las condiciones que nos ofrecen perdemos dinero”. Entre las cuatro OP abarcan entre el 60 y el 70% de la leche de la comunidad.
Todos los años se firman los acuerdos, “pero este año nos hemos negado porque llevaríamos al productor a la ruina”, denuncia Isidoro Torío, presidente de la Organización de Productores de Leche de Oveja de Castilla y León (Opecyl).
Torío compara esta “preocupante” situación con la vivida entre 2016 y 2018, cuando la leche se cobraba entre los 62 y los 65 céntimos. Hoy ese precio ha subido algo, pero los costes de producción se han disparo de forma brutal, en torno al 30%.
Para él, el problema no radica en la industria, que sí estaría “encantada” de subir la remuneración al ganadero, sino en los supermercados e hipermercados, que no están dispuestos a pagar más y a repercutirlo al consumidor.
Para el ganadero de ovino el coste de la energía se ha incrementado, como para todos los sectores, pero el principal gasto reside en la alimentación animal. “Un ganadero que gasta 1.500 euros en energía al mes debe hacer frente a 30.000 euros en pienso”, ejemplifica, “y las materias primas no tienen pinta de bajar a corto ni a medio plazo”.
Este escenario, que ha empeorado mucho con la agresión a Ucrania, ha radicalizado un proceso que ya estaba en marcha: el de la desaparición de las granjas familiares en favor de las grandes explotaciones.
Se cierran granjas porque no son competitivas y porque no hay relevo generacional. “No puede ser que todo el mundo se vaya; alguien tiene que quedarse produciendo, pero para eso hace falta que se le apoye respecto a los precios, “pero sobre todo en relación con lo que se publica en el BOE”, remacha.
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