El sector ganadero es tierra hostil y lanzar por cuenta propia puede suponer un obstáculo en sí mismo. Por ello, Secundino Cordero, de la cooperativa Montañas del Teleno, cree que al final, todos los ganaderos acaban asociándose una cooperativa.
El objeto prioritario de este tipo de sociedades mercantiles es la promoción de las actividades económicas de sus miembros, fomentando la participación de los socios. En la ganadería ovina esto beneficia a la hora de comercializar los productos de forma conjunta o en la compra de pienso para alimentar a las ovejas. Secundino asegura que “no es lo mismo comprar 300 kilogramos que 3 toneladas”.
También tiene ventajas en situaciones excepcionales como las que se vivieron el año pasado. Secundino Cordero cuenta que cuando estalló la crisis por la COVID-19 la ganadería se vio muy afectada, especialmente el ovino de carne, pero que las cooperativas ayudaron a que se mantuvieran los precios del producto.
Además, las cooperativas permiten la participación proactiva de los socios que la componen, un punto que recalca Secundino. Él cree que un negocio ganadero dirigido por técnicos no lucha de la misma manera por las condiciones del sector, aunque considera que “hay cooperativas que no miran por los socios y están centradas solo en vender”.
Entre las funciones de las cooperativas está el abastecimiento de pienso, cebada y maíz a los socios, la comercialización conjunta de los productos como marca única o los servicios veterinarios que tienen. Aunque no cubre al ganadero en cualquier inconveniente legal, por lo que muchos forman parte de sindicatos.
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